sáb. Ago 16th, 2025

BEIJING, CHINA – La economía china experimentó una desaceleración significativa en julio, según las estadísticas oficiales publicadas el viernes, revelando una serie de desafíos complejos que enfrenta el país en medio de las tensiones comerciales globales. A pesar de este panorama, las exportaciones chinas continúan en aumento, lo que añade una capa de complejidad a la situación económica.

El gobierno chino atribuyó esta desaceleración en parte a la guerra comercial con Estados Unidos, aunque la economía también está afectada por un desplome del valor inmobiliario que ya lleva cuatro años. Además, las autoridades han tomado medidas deliberadas para desacelerar la producción en sus fábricas, dado que muchos países han comenzado a imponer aranceles a las exportaciones chinas, que paradójicamente siguen creciendo.

Factores internos y externos

En julio, la producción industrial, las ventas minoristas y la inversión no alcanzaron las expectativas de los economistas. El desempleo aumentó mientras millones de jóvenes recién graduados buscaban trabajo. La producción industrial fue una sorpresa negativa, ya que el gobierno había anunciado previamente que las exportaciones seguían creciendo sin un impacto significativo de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump.

Fu Linghui, portavoz y economista jefe de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, señaló en una conferencia de prensa que los aranceles y otros factores internacionales complicaron el entorno económico de julio.

“El entorno internacional en julio fue complejo y severo, con el impacto continuado del proteccionismo comercial y el unilateralismo”,

afirmó Fu. También mencionó el impacto a corto plazo del clima extremo, incluidas inundaciones y olas de calor.

Políticas gubernamentales y su impacto

Parte de la desaceleración parece ser un resultado esperado de las políticas gubernamentales. Muchas empresas han reducido frenéticamente los precios para liquidar el exceso de inventario. En respuesta, el gobierno ha comenzado a desalentar nuevas inversiones en sectores industriales donde muchas fábricas operan por debajo de su capacidad, como las de automóviles y paneles solares.

La inversión en fábricas, edificios de oficinas y otros activos fijos se desaceleró aún más en julio, mostrando apenas un aumento en los primeros siete meses del año en comparación con el mismo periodo de 2024, según datos de la Oficina Nacional de Estadística. La producción industrial, que ha sido un motor clave de la economía, creció un 5,7% en julio respecto al año anterior, un ritmo más lento que en junio, cuando subió un 6,8%.

Exportaciones y mercado inmobiliario

A pesar de las tensiones comerciales, las exportaciones chinas aumentaron un 7,2% en julio respecto al año anterior. Las exportaciones hacia el sudeste asiático y África, regiones que reexportan significativamente a Estados Unidos, fueron especialmente fuertes. Sin embargo, las exportaciones directas a Estados Unidos cayeron, aunque se mantuvieron en más del triple de las importaciones chinas desde Estados Unidos.

El mercado inmobiliario chino sigue siendo un punto débil, afectando el consumo interno. El desplome ha erosionado los ahorros de la clase media, reduciendo su disposición a gastar en bienes duraderos y servicios. Aunque los precios de los apartamentos se estabilizaron brevemente, han vuelto a descender en los últimos meses ante la falta de medidas gubernamentales concretas.

Las ventas minoristas aumentaron un 3,7% en julio en comparación con el mismo mes del año anterior, un desempeño por debajo de las expectativas y más débil que en junio, cuando crecieron un 4,8%.

Zichun Huang, economista de Capital Economics, comentó que las medidas recientes del gobierno para apoyar a los hogares aún no son suficientes para generar un impacto significativo.

“Aunque medidas recientes como las subvenciones a la natalidad y a los préstamos al consumo son pasos en la dirección correcta, es poco probable que impulsen significativamente el gasto de los hogares”,

escribió Huang.

En conclusión, mientras China navega por un entorno económico desafiante, la combinación de políticas internas y presiones externas continúa moldeando su trayectoria económica. La capacidad del gobierno para implementar medidas efectivas y adaptarse a las condiciones globales será crucial en los próximos meses.