sáb. Jul 5th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – Un estudio publicado en 2023 en la revista Science presentó a la taurina como un potencial elixir de la juventud, sugiriendo que este aminoácido podría mejorar el sistema inmunológico y extender la vida. Sin embargo, un nuevo estudio liderado por el español Rafael de Cabo pone en duda estos hallazgos, proponiendo que la relación entre la taurina y el envejecimiento no es tan directa como se pensaba.

El estudio inicial, realizado por un equipo internacional de científicos, mostró que los niveles de taurina en sangre disminuyen con la edad, y que su suplementación podría tener beneficios significativos, como músculos más fuertes y menor obesidad, según experimentos con ratones. Estos resultados llevaron a médicos e influencers a recomendar la taurina como suplemento antienvejecimiento. No obstante, el reciente trabajo de De Cabo, publicado también en Science, revela que la taurina no necesariamente disminuye con la edad en individuos sanos y que, en algunos casos, incluso aumenta.

Reevaluación de la taurina como biomarcador

El nuevo estudio sugiere que no existe una relación clara entre los niveles de taurina en sangre y el envejecimiento. De hecho, se observó una variación mucho mayor en los niveles de taurina entre individuos que en un mismo individuo a lo largo del tiempo. Además, la relación entre la taurina circulante y los marcadores de salud fue inconsistente, variando según el contexto.

Los resultados contradictorios se deben, en parte, a las diferencias metodológicas entre los estudios. Mientras que el estudio de 2023, liderado por Vijay Yadav, comparó instantáneas de individuos de diferentes edades, el equipo de De Cabo realizó un seguimiento longitudinal, observando cómo los niveles de taurina cambian con el tiempo y bajo diferentes circunstancias.

Opiniones de expertos y el futuro de la investigación

A pesar de las dudas, el estudio de De Cabo no descarta completamente la utilidad de la taurina para retrasar el envejecimiento. Sin embargo, los autores insisten en que se necesitan más estudios para determinar quién podría beneficiarse de su suplementación y en qué circunstancias. Yadav, ahora en la Universidad Rutgers, ha iniciado un ensayo controlado con placebo para investigar más a fondo estos efectos en humanos mayores de 60 años.

Durante una conferencia de prensa, De Cabo destacó que la taurina es “un metabolito muy sensible a diferentes condiciones fisiológicas”, como la inflamación o el ayuno. Comparó su variabilidad con la de la glucosa, que también fluctúa ampliamente dependiendo del momento del día. Luigi Ferrucci, coautor del estudio, añadió que la variabilidad en los biomarcadores sanguíneos es común y no exclusiva de la taurina.

Lecciones del pasado y perspectivas futuras

La historia de la investigación sobre el envejecimiento está llena de ejemplos donde intervenciones exitosas en animales no se traducen en humanos. En modelos animales, la deficiencia de taurina se asocia con una salud deteriorada y una vida más corta, mientras que los suplementos pueden prolongarla. Sin embargo, en humanos, los suplementos suelen ser beneficiosos solo para aquellos con deficiencias específicas.

Ferrucci subraya que, actualmente, no hay suplementos que mejoren la longevidad de manera comprobada. Recomienda, en cambio, una dieta equilibrada como la mejor estrategia para una vida larga y saludable.

“Si tienes una dieta equilibrada, todo lo que necesitas está ahí”, concluye.

El debate sobre la taurina continúa, y aunque su potencial como suplemento antienvejecimiento es incierto, la investigación en curso podría arrojar luz sobre su verdadero papel en la salud humana.