jue. Ago 14th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO – El aceite de coco, un ingrediente popular en la cocina saludable, se encuentra en el centro de un debate científico sobre sus beneficios y riesgos para la salud. Aunque se le atribuyen propiedades energéticas debido a su contenido de triglicéridos de cadena media (MCTs), las advertencias sobre su alto contenido de grasas saturadas generan dudas sobre su impacto real.

Las recomendaciones oficiales, como las de la Asociación Americana del Corazón y las Guías Alimentarias para los Estadounidenses, insisten en consumirlo con moderación. Esto se debe a la falta de consenso científico sobre sus beneficios y peligros potenciales, especialmente en relación con el control del peso y los niveles de colesterol.

Efectos en el peso y metabolismo

Estudios recientes han mostrado resultados mixtos sobre el impacto del aceite de coco en el peso y la salud cardiovascular. Mientras que algunos sugieren que los MCTs pueden favorecer la quema de grasa y calorías, no existe un consenso claro. Un metaanálisis de 2023, citado por Verywell Health, analizó nueve investigaciones y encontró una reducción pequeña pero significativa en el peso corporal, el IMC y el porcentaje de grasa al comparar el consumo de aceite de coco con otros aceites.

Sin embargo, debido a su alta densidad calórica, el uso excesivo de aceite de coco podría propiciar el aumento de peso. Los expertos coinciden en que se requieren más estudios para comprender sus efectos a largo plazo.

Influencia en la salud cardiovascular y propiedades adicionales

El impacto del aceite de coco en la salud cardiovascular es otro tema de debate. Algunos estudios han detectado un aumento del colesterol HDL (“bueno”), mientras que otros han registrado una subida del colesterol LDL (“malo”). La mayoría de la literatura científica asocia una ingesta elevada de grasas saturadas con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

Por este motivo, las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan mantener las grasas saturadas por debajo del 10% de las calorías diarias. La Asociación Americana del Corazón sugiere un límite aún más estricto para personas en riesgo, no sobrepasando el 6% de las calorías diarias.

Por otro lado, el aceite de coco posee propiedades antimicrobianas, en gran parte atribuidas al ácido láurico, que compone aproximadamente la mitad de sus MCTs. Investigaciones sugieren que este ácido puede actuar contra microorganismos perjudiciales, fomentando su uso en la higiene bucal y cuidado de la piel.

Información nutricional y recomendaciones de consumo

El aceite de coco está compuesto únicamente por grasa. Según la Harvard T. H. Chan School of Public Health, una cucharada aporta alrededor de 120 calorías y 14 gramos de grasa total, en su mayoría saturada, sin un aporte significativo de vitaminas o minerales.

No existe una cantidad oficial establecida para el consumo de aceite de coco. Sin embargo, las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan que las grasas saturadas no superen el 10% de las calorías diarias, lo que equivale a unos 20 gramos en una dieta de 2.000 calorías. La American Heart Association sugiere un límite más estricto para personas con riesgo cardiovascular, de alrededor del 6% de las calorías diarias.

Tipos y aplicaciones en la cocina

En el mercado existen diferentes variedades de aceite de coco, cada una con características y usos culinarios específicos. El aceite de coco virgen, o no refinado, proviene de la pulpa y se destaca por su sabor intenso y un punto de humo de 177℃, ideal para recetas que buscan realzar el sabor original.

El aceite de coco refinado se obtiene de cocos deshidratados y es sometido a procesos para neutralizar el sabor y aumentar el punto de humo hasta 204-232℃, apropiado para preparaciones a altas temperaturas. El aceite orgánico garantiza una producción ecológica.

A pesar de su versatilidad y ciertas ventajas asociadas a sus componentes, los especialistas coinciden en que el aceite de coco debe ocupar un lugar limitado en la dieta, priorizando las grasas insaturadas para proteger la salud cardiovascular.

En conclusión, aunque el aceite de coco presenta ciertas propiedades beneficiosas, la falta de consenso científico sobre sus efectos a largo plazo sugiere que su consumo debe ser moderado. Los expertos recomiendan seguir investigando para obtener conclusiones más definitivas sobre su impacto en la salud.