ALMERÍA, ESPAÑA – Por primera vez en la historia, un aviso de terremoto llegó a los ciudadanos españoles antes de que la tierra comenzara a temblar. El pasado lunes, millones de personas en el sureste de España recibieron en sus teléfonos Android una alerta anticipada del sismo que sacudió las costas de Almería. Este fenómeno, que se propagó rápidamente por las redes sociales, sorprendió aún más al conocerse que la alerta fue generada por los propios smartphones y no por una red de sismómetros sofisticados.
El terremoto, de magnitud 5,3 según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), causó daños materiales leves y no dejó víctimas. Sin embargo, el verdadero protagonista fue el sistema de alerta temprana de Google, que envió el aviso sin esperar datos oficiales ni la aprobación de las autoridades. Este sistema, que ha estado en funcionamiento desde 2021, recibió un importante respaldo de la comunidad científica cuando la revista Science publicó una investigación que avala su eficacia para anticiparse a las ondas destructoras de los terremotos.
La tecnología detrás de la alerta
A las 7:13:39 del lunes, los teléfonos Android en la región comenzaron a recibir una alerta que estimaba con precisión la magnitud del seísmo en 5,1. Según Google, este aviso se emitió solo 12,5 segundos después del inicio del terremoto, que ocurrió cerca de la costa de Almería, a 3 kilómetros bajo el mar Mediterráneo. En total, cinco millones de móviles recibieron la alerta, según la compañía tecnológica.
Richard Allen, creador del sistema de alerta sísmica, explicó que el sistema utiliza los sensores de los smartphones para detectar las primeras ondas P, que viajan más rápido que las ondas S responsables de las sacudidas más fuertes. “Unos 5,5 segundos después del origen estimado del terremoto, las primeras ondas llegaron a los teléfonos de la ciudad más cercana”, comentó Allen, quien también es el autor principal del estudio publicado en Science.
Desafíos y precisión del sistema
El sistema de alerta de Android tiene que equilibrar la precisión y el tiempo, explicó Marc Stogaitis, ingeniero jefe de software de Android. “Esperar a que más sensores detecten el terremoto puede hacer la estimación de magnitud más precisa, pero reduce el tiempo para lanzar el aviso”, señaló. Desde su despliegue inicial en Grecia y Nueva Zelanda en 2021, el sistema se ha expandido a 98 países y ha mejorado su precisión con el tiempo.
“De las más de un millón y medio de personas que respondieron a encuestas de satisfacción, un 36% afirmó haber recibido la alerta antes de las sacudidas, un 28% durante y un 23% después”, reveló Google.
Limitaciones y casos de éxito
A pesar de su éxito, el sistema no es infalible. Ha emitido tres falsas alertas debido a tormentas y notificaciones masivas que hicieron vibrar los teléfonos al mismo tiempo. Sin embargo, Allen y Stogaitis presentaron un caso de éxito en Filipinas, donde un terremoto de magnitud 6,7 fue anticipado por el sistema, permitiendo que más de 100,000 personas recibieran un aviso para tomar medidas de protección antes de las ondas destructoras.
El sistema también tiene limitaciones en la detección de terremotos en océanos o en áreas poco pobladas. “Los smartphones no pueden detectar terremotos en medio del océano, y su alcance está limitado a entre 100 y 200 kilómetros de la costa”, explicó Juan Vicente Cantavella, director de la Red Sísmica Nacional del IGN en España.
Hacia un sistema de alertas público
El hecho de que una empresa privada maneje estas alertas genera inquietud. “¿De quién es la responsabilidad si las alertas fallan o no llegan a ciertos usuarios?”, se pregunta Cantavella. Elisa Buforn, catedrática de Sismología, también expresó su preocupación al no recibir la alerta en su dispositivo Android, aunque otros en su área sí lo hicieron.
Google sostiene que su sistema es una herramienta complementaria a las infraestructuras existentes y no pretende reemplazar los sistemas oficiales. En España, se está considerando la implementación de un sistema público de alerta temprana, especialmente para la zona del Atlántico donde se originó el terremoto que destruyó Lisboa en 1755.
Buforn, que ha trabajado en el desarrollo de sistemas de alerta sísmica temprana, cree que la iniciativa de Google puede aumentar la conciencia sobre estos sistemas y su capacidad para mitigar los efectos de los terremotos. “Para tener alertas oficiales en España, solo necesitamos que la sociedad las demande. Los medios, los tenemos”, concluyó.