mié. Ago 27th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – La confianza en el entorno laboral es fundamental para el éxito profesional. Sin embargo, cuando esta se ve socavada entre un empleado y su jefe, puede parecer un desafío insuperable. Afortunadamente, existen pasos estratégicos que pueden ayudar a reconstruir esta relación crucial.

Reconstruir la confianza no es tarea fácil, pero es posible. Aquí te presentamos cinco pasos que puedes seguir para restaurar la relación laboral con tu gerente después de un error.

Reflexiona antes de reaccionar

Es tentador lanzarse a pedir disculpas o confrontar la situación sin claridad, pero esto puede empeorar las cosas. Tomarse un momento para reflexionar sobre cómo ocurrió el error, el papel de las emociones y cómo podrían percibirse las acciones es crucial. Comprender el panorama completo es clave antes de decidir el siguiente paso.

Pregúntate: ¿Por qué estaba tan frustrado(a)? ¿Cuáles fueron los hechos que llevaron al error? ¿Qué podría haber hecho de manera diferente? Identificar el comportamiento exacto que causó la tensión es esencial para entender si tu jefe lo percibiría de la misma manera.

Rompe el silencio a tiempo

Evitar la conversación con la esperanza de que el asunto se disipe rara vez funciona. El silencio se convierte en un mensaje en sí mismo, a menudo interpretado como evasión o falta de responsabilidad. Además, los cambios en el lenguaje corporal y la ausencia en reuniones de seguimiento pueden acumular señales de incomodidad.

Por ello, es fundamental iniciar la conversación dentro de las 24 a 48 horas posteriores al error. Esto no solo te da tiempo para reflexionar y estabilizarte emocionalmente, sino que también demuestra madurez y urgencia por resolver el problema de frente.

Asume la responsabilidad, evita las excusas

Asumir la responsabilidad genera confianza, mientras que las excusas la destruyen. El objetivo es disculparse de forma auténtica y concisa, sin suplicar. Los líderes respetan la integridad, no la inseguridad. Esta disculpa debe ser clara y directa, sin explicaciones excesivas ni desvíos como “pero me sentí ignorado(a)”.

Enmarcar la conversación como una colaboración y no como una confesión ayuda a evitar la justificación de la conducta. Reconocer el impacto, no solo la intención, es fundamental para que tu jefe se dé cuenta de que has reflexionado sobre la situación.

Propón un camino a seguir

Una disculpa sincera muestra arrepentimiento, pero ofrecer una vía para avanzar demuestra madurez e inteligencia emocional. No se trata solo de decir “cometí un error”, sino de proponer cómo mejorar. Esto puede incluir ser más consciente de cómo comunicas tus preocupaciones y estar abierto(a) a comentarios.

Este enfoque mantiene la puerta abierta para el diálogo y la colaboración. Muestra que no solo estás interesado(a) en controlar daños, sino que estás comprometido(a) a crecer y aprender de los errores. Las acciones reconstruyen la credibilidad más que las palabras.

Reconstruye la relación poco a poco

La confianza no se restaura en una sola conversación. Se reconstruye con un comportamiento constante y diario. Después de asumir tu error y proponer una forma de avanzar, comienza el verdadero trabajo: presentarte con profesionalismo, cumplir lo prometido y mostrar madurez emocional día tras día.

Con el tiempo, los pequeños actos como responder con prontitud, apoyar las prioridades de tu jefe y aportar soluciones irán creando una nueva narrativa sobre ti. Todos cometen errores en el trabajo. Lo que define tu carrera no es el error en sí, sino cómo respondes y cómo reconstruyes.

Por: Marlo Lyons*