vie. Ago 22nd, 2025

ESPAÑA – A pesar de que este verano ha sido uno de los peores en tres décadas para los incendios en España, la tendencia desde los años ochenta muestra una disminución en el área quemada. Según un estudio publicado en la revista Science, el área total quemada en el planeta se redujo un 26% entre 2002 y 2021. Sin embargo, el número de personas expuestas a incendios ha aumentado casi un 40% en las últimas dos décadas, afectando a 7,7 millones de personas en todo el mundo.

La investigación, liderada por Seyd Teymoor Seydi, destaca que la mayor coincidencia entre incendios y asentamientos humanos ha duplicado la densidad de exposición, es decir, el número de personas expuestas por kilómetro cuadrado quemado. En total, se estima que 440 millones de personas estuvieron expuestas a incendios forestales durante el periodo analizado.

África y Europa: contrastes en la exposición

África lidera en cuanto a seres humanos en peligro, con un 85,6% del total. Esto se debe principalmente a la frecuencia de incendios en las sabanas, tanto naturales como intencionados. En contraste, Europa, Norteamérica y Oceanía, a pesar de protagonizar grandes desastres, representaron menos del 2,5% de las exposiciones globales. No obstante, Europa mostró la mayor densidad de exposición mundial: 17,7 personas por kilómetro cuadrado quemado, seguida por África con 11,9 personas.

El crecimiento y la migración de la población explican el 25% de las exposiciones totales, que ascienden a 111 millones de personas entre 2002 y 2021. Sin cambios demográficos, la exposición global habría disminuido junto con el área quemada, lo que subraya la importancia de la expansión urbana en el aumento de la exposición.

Implicaciones y medidas preventivas

Víctor Fernández-García, profesor de la Universidad de León, explica que el estudio demuestra un aumento global de la exposición al fuego, principalmente debido al crecimiento y redistribución de la población en zonas propensas a incendios.

«El riesgo asociado a los incendios podría estar aumentando aun cuando la actividad del fuego no lo hace. Esto refuerza la necesidad de medidas preventivas, fundamentalmente de gestión del paisaje», señala Fernández-García.

En Europa, aunque la exposición ha disminuido un 17%, el clima ha favorecido incendios más extremos en áreas densamente pobladas, colocando al continente en la cima del ranking de exposición global. En España y la región mediterránea, los incendios intensos representaron un 4,1% del total de exposiciones, seis veces más que la media global del 0,6%.

Críticas y limitaciones del estudio

El estudio ha recibido críticas por sus limitaciones. Los autores reconocen que solo consideraron la población dentro del área del incendio, sin incluir a las poblaciones cercanas afectadas por el humo. Además, no todas las áreas quemadas tienen el mismo impacto, ya que no es lo mismo que se queme un pastizal que un bosque protegido.

Cristina Montiel Molina, catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, critica el enfoque del estudio:

«Identifica la exposición con las interfaces urbano-forestales, lo cual es reduccionista. La exposición humana a los incendios es mucho más amplia. Además, trata estas interfaces de forma genérica y da el mismo tratamiento en todos los continentes, lo cual es incorrecto».

El estudio subraya la necesidad de una gestión más efectiva del paisaje y una planificación urbana que tenga en cuenta el riesgo de incendios, especialmente en áreas donde el crecimiento poblacional y la urbanización son más pronunciados. Con el cambio climático intensificando los fenómenos extremos, los esfuerzos para mitigar el riesgo de incendios deben ser una prioridad global.