mié. Ago 20th, 2025

MADRID, ESPAÑA – La distribución de la grasa corporal en los seres humanos no es un proceso aleatorio, sino que está influenciado por una combinación de factores genéticos, hormonales y del sexo biológico. De acuerdo con un informe de Science Focus, estos factores no solo determinan la forma del cuerpo, sino que también tienen un impacto significativo en la salud y en el riesgo de desarrollar enfermedades.

El sexo biológico es uno de los factores más determinantes en la distribución de la grasa, según los especialistas. Los hombres, por ejemplo, tienden a acumular grasa en el abdomen, mientras que las mujeres lo hacen principalmente en los muslos, glúteos y caderas. Adam Collins, profesor asociado de nutrición en la Universidad de Surrey, explicó que esta diferencia tiene una función evolutiva:

“Desde el punto de vista de la maternidad y la crianza, contar con reservas energéticas en estas áreas resulta muy útil debido al costo energético del embarazo y la lactancia”.

Los estrógenos juegan un papel central en este proceso, modulando la capacidad del organismo para almacenar grasa en determinadas zonas.

Impacto de los estrógenos y la genética en la grasa corporal

En las mujeres premenopáusicas, los niveles elevados de estrógenos favorecen el almacenamiento de grasa lejos del abdomen y de los órganos vitales, proporcionando cierta protección contra efectos del sobrepeso como la hipertensión y la diabetes. Sin embargo, tras la menopausia, la reducción de estrógenos provoca que las mujeres adopten un patrón de acumulación de grasa más parecido al masculino, aumentando así el riesgo de complicaciones metabólicas.

La genética también desempeña un papel crucial. Un estudio realizado con medio millón de personas en el Reino Unido concluyó que los efectos genéticos sobre la localización de la grasa son más pronunciados en mujeres que en hombres. La herencia puede determinar la tendencia a acumular grasa en el rostro, los brazos o las piernas.

Estilo de vida y sus efectos en la grasa visceral

El estilo de vida, el estrés y la calidad del sueño también están relacionados con el aumento de grasa abdominal, aunque la evidencia no es concluyente. Fredrik Karpe, especialista en medicina metabólica de la Universidad de Oxford, señaló:

“Es fácil culpar al cortisol de estos fenómenos y, clínicamente, las personas con un exceso de esta hormona presentan ese tipo de silueta. Pero probablemente intervienen otros mecanismos”.

El descanso deficiente podría incrementar el volumen de grasa abdominal, aunque los datos no permiten establecer una relación definitiva.

Tipos de grasa y diferencias étnicas

Existen dos tipos principales de grasa en el cuerpo humano: la subcutánea y la visceral. La subcutánea se localiza bajo la piel y constituye una reserva energética saludable. La grasa visceral, por otro lado, se sitúa en las profundidades del abdomen y rodea órganos internos como el estómago, el hígado y los intestinos. Cuando este tipo de grasa se acumula en exceso, aumenta considerablemente el riesgo de resistencia a la insulina, diabetes y alteraciones en el metabolismo de las grasas.

La predisposición a acumular grasa visceral varía según el origen étnico. Collins destacó que las personas de origen surasiático suelen tener menor grasa subcutánea y mayor tendencia a almacenar grasa visceral en comparación con individuos de ascendencia caucásica, lo que incrementa el riesgo de diabetes a edades tempranas en ciertos grupos.

Control de la grasa corporal mediante hábitos saludables

Pese a que la distribución de la grasa depende en gran medida de características biológicas y hereditarias, es posible ejercer cierto control a través de los hábitos de vida y la reducción del peso corporal total. Disminuir el porcentaje de grasa mediante dieta y ejercicio conduce a una merma en la grasa visceral y, con ello, a una mejora del estado metabólico general. Collins explicó que el ejercicio produce un efecto metabólico positivo, logrando mejoras notorias con pérdidas de peso relativamente modestas.

Por su parte, Fredrik Karpe indicó que en los hombres la pérdida de peso suele reflejarse principalmente en la zona abdominal. Sin embargo, advirtió que las personas de origen surasiático requieren atención especial debido a su predisposición genética.

Los especialistas advierten que, aunque los hábitos saludables pueden ayudar a reducir la grasa visceral, el control individual sobre la distribución de la grasa está limitado por la genética. Factores hereditarios, como la sensación de saciedad que regula el cerebro, influyen en la cantidad de alimento que se consume y, en consecuencia, en el peso corporal.