mar. Ago 19th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – Un plato de arroz blanco, común en muchas mesas alrededor del mundo, puede tener un impacto significativo en los niveles de azúcar en sangre. Según Verywell Health y Harvard Health, este alimento básico provoca un aumento rápido de la glucosa, un efecto que depende de la cantidad consumida, la forma de preparación y los acompañamientos.

El arroz blanco se caracteriza por su alto índice glucémico (IG), lo que significa que se digiere y absorbe rápidamente en el organismo, elevando velozmente el nivel de glucosa en sangre. Este fenómeno obliga al cuerpo a producir más insulina para trasladar el azúcar a las células, lo que puede generar sensaciones de fatiga, hambre poco después de comer e incluso temblores si la glucosa desciende abruptamente.

Índice Glucémico y Alternativas Saludables

El índice glucémico del arroz blanco generalmente supera 65, lo que lo clasifica como un carbohidrato de rápida absorción. La Asociación Americana de Diabetes explica que este efecto se debe a que el arroz blanco es principalmente un carbohidrato simple, con escasa fibra, grasas o proteínas.

Por el contrario, el arroz integral, que conserva el salvado y el germen, ofrece un IG menor, oscilando entre 50 y 55. Esto significa que eleva el azúcar en sangre de manera más gradual. Otros carbohidratos como la quinua, la avena o el pan de centeno tienen índices glucémicos aún menores, convirtiéndose en alternativas recomendadas para el control glucémico.

Tamaño de las Porciones y Combinaciones Inteligentes

El tamaño de la porción es crucial. Una porción estándar de arroz blanco cocido equivale a entre un tercio y media taza. Sin embargo, en muchos entornos cotidianos y restaurantes, las raciones suelen ser mucho mayores, lo que incrementa la liberación de glucosa y complica el manejo de la diabetes.

Combinar el arroz blanco con proteínas como pollo, tofu, frijoles o huevos puede ayudar a enlentecer la digestión y la liberación de glucosa. Además, agregar verduras aumenta el aporte de fibra, genera mayor saciedad y reduce la necesidad de consumir más arroz. Las grasas saludables, presentes en aguacate, nueces y aceite de oliva, también ayudan a bajar el impacto glucémico del plato.

Reducción del Almidón en el Arroz Blanco

Una práctica sencilla para disminuir el contenido de almidón en el arroz blanco es enjuagar los granos varias veces antes de cocinarlos, hasta que el agua salga clara. Cocer el arroz en abundante agua y escurrirlo al final también puede reducir el contenido de almidón.

Un recurso útil para mejorar el perfil glucémico del arroz blanco es aumentar su contenido de almidón resistente. Enfriar el arroz ya cocido en el refrigerador durante varias horas o toda la noche incrementa la cantidad de almidón resistente, que actúa como fibra. Este tipo de almidón ayuda a controlar los picos de glucosa, alimenta las bacterias benéficas en el intestino y mejora la sensibilidad a la insulina.

Orientaciones para Personas con Diabetes

El arroz blanco no está prohibido para quienes viven con diabetes, pero la moderación y la selección consciente de ingredientes y porciones son esenciales. Verywell Health, Harvard y la Asociación Americana de Diabetes recomiendan reemplazar arroz blanco por integral, quinua u otras opciones integrales cuando sea posible, para aumentar la ingesta de fibra y evitar rápidas subidas de azúcar en sangre.

El método del plato —llenar la mitad del plato con verduras sin almidón, un cuarto con proteínas y un cuarto con carbohidratos como el arroz— es una herramienta eficaz para mantener el equilibrio nutricional. Además, monitorear los niveles glucémicos después de las comidas permite identificar la respuesta individual a cada alimento.

En conclusión, el arroz blanco puede formar parte de una dieta saludable si se consume en cantidades adecuadas, acompañado de ingredientes que ayuden a estabilizar la glucosa y dentro de un enfoque de equilibrio y variedad.