mar. Ago 19th, 2025

CIUDAD DE MÉXICO – La flexibilidad mental emerge como un pilar fundamental para el bienestar y la superación de obstáculos, desafiando la noción tradicional de que la dureza mental es la clave del éxito. En un mundo cada vez más complejo y estresante, la capacidad de adaptarse a las circunstancias se ha convertido en un recurso invaluable.

Investigaciones recientes destacan que la flexibilidad mental, más que la fuerza de voluntad o la mentalidad de “dureza”, es crucial para mantener el bienestar a largo plazo. Expertos como la psicóloga deportiva Josephine Perry y el profesor de psicología Todd Kashdan han respaldado esta perspectiva, argumentando que adaptarse a las circunstancias es más efectivo que simplemente resistir.

La diferencia entre dureza mental y flexibilidad

En el ámbito deportivo, la distinción entre dureza mental y flexibilidad se hace evidente. Perry señala que un corredor que se enfoca únicamente en la dureza puede completar una maratón, pero a menudo a costa de su salud y motivación, lo que puede dificultar futuros intentos.

“Han dejado de disfrutar el proceso porque todo se centró en el dolor y la incomodidad”,

explica Perry.

Por el contrario, una mentalidad flexible permite modificar entrenamientos y estrategias, manteniendo el objetivo y preservando el bienestar. Esta adaptabilidad también se refleja en el entorno laboral, donde enfrentar desafíos de manera estratégica y sostenible es posible gracias a la flexibilidad.

Beneficios comprobados de la flexibilidad mental

Distintos estudios han documentado los efectos positivos de la flexibilidad mental. Un análisis citado por Science Focus demostró que quienes desarrollan esta habilidad registran mejor salud mental en general. En el entorno laboral, una investigación encontró que los trabajadores de centros de llamadas con mayor flexibilidad obtienen mejores rendimientos y se adaptan eficazmente a los retos diarios.

Además, un estudio indicó que veteranos militares de Estados Unidos que potenciaron la flexibilidad experimentaron menos síntomas de estrés postraumático. Durante la pandemia del COVID-19, la población británica con mayor flexibilidad mental presentó menor incidencia de ansiedad y depresión, según observaciones realizadas.

La flexibilidad mental permite gestionar emociones incómodas y adaptarse a realidades adversas, superando tanto a la dureza mental como al pensamiento positivo. Todd Kashdan, director del Well-Being Lab en la George Mason University, define la flexibilidad mental como la capacidad de variar la estrategia ante la falta de resultados en cualquier ámbito.

Estrategias para fortalecer la flexibilidad mental

El desarrollo de la flexibilidad mental comienza con la atención plena. Perry sugiere que no es imprescindible meditar en silencio durante largos periodos; actividades como nadar, practicar yoga o resolver rompecabezas ayudan a observar los propios pensamientos sin presión ni juicio.

El siguiente paso consiste en crear distancia respecto a los pensamientos, conocido como “defusión cognitiva”. El psicólogo Steven Hayes, creador de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), recomienda técnicas como añadir palabras a los pensamientos o cantar las ideas en voz alta para minimizar su impacto.

Josephine Perry aconseja analizar si un pensamiento es un hecho o solo una interpretación, y detectar patrones de autocrítica como el uso recurrente de “debería”. Cambiar expresiones por otras como “estoy trabajando en” o “me gustaría” reduce la autocrítica.

Papel de los valores y la autocompasión

Identificar valores personales es esencial para la flexibilidad mental. Perry indica que definir y priorizar los propios valores diferencia las decisiones auténticas del simple cumplimiento de expectativas ajenas. Kashdan advierte que vivir según valores ajenos aleja a las personas de la autenticidad y el bienestar.

La autocompasión y el uso constructivo de las emociones negativas constituyen otro pilar. Sentimientos como la ira pueden aportar coraje, y la envidia, motivación para superarse, siempre que se canalicen de forma positiva. Es recomendable enfocarse en fortalezas al establecer metas, promoviendo una visión realista de uno mismo.

Para afianzar la flexibilidad mental, resulta útil reconocer los “perfiles de prejuicio emocional”; identificar emociones que provocan respuestas intensas, como la tristeza o la vergüenza, permite anticipar y gestionar reacciones. Tratarse con la amabilidad que se ofrecería a un amigo y reflexionar sobre el impacto futuro de las acciones presentes es aconsejable.

La flexibilidad mental fortalece la capacidad de adaptación ante la adversidad y contribuye a construir una vida coherente con los propios valores y aspiraciones. Las decisiones o actitudes actuales tienen el potencial de determinar el bienestar futuro.