lun. Ago 18th, 2025

WELLINGTON, NUEVA ZELANDA – Un reciente estudio de la Universidad de Otago ha revelado que la simplicidad voluntaria puede ser un camino hacia el bienestar personal, especialmente cuando se acompaña de una participación activa en la comunidad. Este concepto, que implica una reducción consciente del consumo y un enfoque en lo esencial, ha mostrado tener un impacto positivo en la satisfacción personal.

El estudio, que encuestó a 1.643 personas representativas de la población de Nueva Zelanda, buscó entender cómo distintos aspectos de la simplicidad voluntaria influyen en la percepción del bienestar. Los investigadores analizaron desde hábitos de consumo hasta niveles de satisfacción vital y crecimiento personal, identificando las dimensiones más determinantes para la calidad de vida.

Simplicidad Voluntaria: Más Allá de Poseer Menos

La simplicidad voluntaria, según el estudio, no se limita a reducir el número de objetos o mantener un entorno minimalista. Es una elección que enfoca la atención en la calidad de las experiencias, las relaciones humanas y la implicación en la vida comunitaria. Este enfoque abarca varias dimensiones, como la simplicidad material, la autosuficiencia, la compra local, la conservación de recursos y, de manera destacada, la beneficencia.

“La conexión con los demás pesa más que la simple reducción de posesiones”, afirman los investigadores.

El estudio concluye que la conexión social y la beneficencia superan la reducción de posesiones como factores clave para una vida plena. Compartir recursos, colaborar y tejer redes comunitarias tiene un efecto directo más fuerte sobre el bienestar que simplemente vaciar estanterías o dejar de comprar.

Impacto en el Bienestar Hedónico y Eudaimónico

El análisis distingue entre dos tipos de bienestar: el hedónico, vinculado al placer y las emociones positivas, y el eudaimónico, relacionado con el propósito y la realización personal. La simplicidad voluntaria muestra una asociación positiva con ambos tipos de bienestar, aunque el efecto es más fuerte en el caso del bienestar eudaimónico.

El beneficio principal de este estilo de vida radica en construir una vida con sentido, más que en momentos aislados de felicidad. No obstante, el estudio no detectó cambios significativos en la percepción de seguridad o estabilidad futura.

Recomendaciones y Políticas para el Futuro

El estudio sugiere que políticas que promuevan el intercambio y la vida colaborativa podrían no solo mejorar el bienestar, sino también enfrentar la crisis climática. Las prácticas comunitarias, como participar en huertos urbanos, intercambios de habilidades o proyectos locales, fomentan la colaboración y la confianza social, elementos esenciales para el bienestar.

“La simplicidad voluntaria implica cambiar prioridades: menos consumo y más relaciones humanas”, se destaca en el informe.

Además, el análisis revela diferencias según género, edad e ingresos. Las mujeres reportan beneficios más claros, mientras que en los hombres la asociación es más débil. La edad no altera significativamente los resultados, y quienes ganan más perciben beneficios levemente menores, aunque sin diferencias relevantes.

En conclusión, la simplicidad voluntaria no implica renunciar, sino cambiar prioridades: menos objetos y más relaciones, con un propósito renovado. La evidencia científica respalda que este camino puede traducirse en una vida más plena y conectada, beneficiando a cualquier persona, independientemente de su situación económica o social.