VALENCIA, ESPAÑA – La influencer Violeta Mangriñán, conocida por su presencia en redes sociales y su participación en diversos programas de televisión, ha vuelto a ser el centro de atención. Este martes, Mangriñán protagonizó la portada de la revista Women’s Health, luciendo un atuendo deportivo y acompañada de un mensaje poderoso: “La energía y la salud están por encima de la belleza”. Sin embargo, este logro personal se ha visto empañado por una oleada de críticas en redes sociales.
Durante su viaje a Corea del Sur, Mangriñán ha sido objeto de comentarios negativos en Instagram, donde numerosos usuarios cuestionaron su aspecto físico, calificándolo de poco saludable. Algunos comentarios incluso acusaron a la revista de fomentar desórdenes alimenticios. Ante esta situación, Violeta decidió no quedarse en silencio y utilizó sus historias de Instagram para denunciar los ataques recibidos.
Respuesta de Violeta y su experiencia personal
En un tono irónico, Violeta Mangriñán se preguntó si quienes la critican pueden dormir tranquilos después de lanzar tales comentarios. Lejos de esquivar las críticas, la influencer decidió abrirse sobre su propia experiencia con los trastornos alimenticios, un tema que ya había compartido anteriormente con sus seguidores.
“Hace seis años sufrí problemas alimenticios y decidí contarlo a través de mis redes sociales con el fin de dar visibilidad y mostrar mi realidad en ese momento”, confesó Mangriñán. A pesar de haber superado su mala relación con la comida hace cuatro años, Violeta lamenta que los comentarios negativos continúen teniendo un impacto significativo.
“Os aseguro que lo último que necesita una persona enferma de anorexia es leer los comentarios que he leído”, afirmó la influencer.
El impacto de las críticas en redes sociales
Las críticas hacia Mangriñán no son un caso aislado, sino parte de una tendencia más amplia de comentarios negativos dirigidos a figuras públicas que comparten sus vidas en redes sociales. Expertos en salud mental advierten sobre el peligro que estos mensajes pueden representar para personas vulnerables, especialmente aquellas que luchan con trastornos alimenticios.
Según un estudio de la Universidad de Navarra, el 30% de los jóvenes en España han experimentado algún tipo de trastorno alimenticio, y las redes sociales pueden exacerbar estos problemas debido a la presión por alcanzar estándares de belleza poco realistas.
Reflexiones finales y el camino a seguir
Violeta Mangriñán ha dejado claro que no permitirá que los comentarios negativos la definan. En lugar de ello, continúa promoviendo un mensaje de salud y bienestar, enfatizando la importancia de una relación positiva con la comida y el ejercicio. Su historia resuena con muchos de sus seguidores, quienes la ven como un ejemplo de superación y autenticidad.
En un mundo donde las redes sociales juegan un papel tan importante en la percepción de la belleza y la salud, es crucial que las plataformas y sus usuarios fomenten un entorno más positivo y comprensivo. Como concluyó Mangriñán, “Estoy harta de leer cada día mentiras sobre mí”, subrayando la necesidad de un cambio en la conversación pública sobre estos temas.