jue. Jul 3rd, 2025

NAIROBI, KENIA – La ausencia del cardenal keniano John Njue en el cónclave ha generado una controversia que parece no tener fin. El cardenal emérito de Nairobi, quien debería haber participado en la elección del nuevo Papa, ha sido el centro de un enredo que involucra su edad, su salud y su presencia en el Vaticano.

El culebrón comenzó cuando, a pesar de cumplir con el requisito de edad para participar en el cónclave, se anunció que Njue no asistiría debido a problemas de salud. Sin embargo, el propio cardenal desmintió esta versión en una entrevista con el diario ‘Daily Nation’, afirmando: «No estoy enfermo, no fui invitado».

Confusión y desmentidos

Las declaraciones de Njue fueron rápidamente refutadas por el arzobispo de Nairobi, Philip Anyolo, quien aseguró que el cardenal había sido invitado oficialmente a través de la Nunciatura Apostólica en Kenia. Anyolo explicó que, a pesar de la invitación, el estado de salud de Njue le impedía viajar a Roma.

Esta versión oficial fue respaldada por la diócesis de Nairobi, que ha tenido que aclarar en varias ocasiones que Njue sigue vivo y en buen estado de salud, desmintiendo rumores sobre su fallecimiento. «Está vivo y bien», afirmaba una nota oficial reciente.

El misterio del “rejuvenecimiento”

La polémica se intensificó debido a un cambio en los registros oficiales del Vaticano. En la edición de 2024 del Annuario Pontificio, la fecha de nacimiento de Njue fue modificada, retrasándola poco más de un año. Originalmente registrado como nacido el 31 de diciembre de 1944, su nueva fecha de nacimiento es el 1 de enero de 1946.

Este “rejuvenecimiento” ha suscitado comparaciones con otros cardenales, como Philippe Ouédraogo de Burkina Faso, cuya fecha de nacimiento también fue corregida en los registros del Vaticano, permitiéndole participar en el cónclave.

Implicaciones para el cónclave

La ausencia de Njue y otros cardenales como Antonio Cañizares, arzobispo emérito de Valencia, reduce el número de electores presentes en la Capilla Sixtina. Sin embargo, las reglas del cónclave permiten que cualquier cardenal elector pueda unirse al proceso mientras no haya sido elegida una nueva cabeza para la Iglesia.

El caso de Njue ha puesto de relieve las complejidades del proceso de selección papal y las tensiones internas dentro de la Iglesia. La situación plantea preguntas sobre la transparencia y la precisión de los registros del Vaticano, así como sobre la influencia de factores externos en la elección del Papa.

Mirando hacia el futuro

Mientras el cónclave continúa, la atención se centra en cómo estas controversias afectarán a la elección del nuevo Papa y en qué medida influirán en la percepción pública de la Iglesia. La situación de Njue también podría llevar a una revisión de los procedimientos para registrar y verificar la información de los cardenales, asegurando que situaciones similares no se repitan en el futuro.

En un contexto donde la Iglesia busca renovar su imagen y fortalecer su liderazgo, el caso de Njue podría ser un recordatorio de la necesidad de transparencia y claridad en sus procesos internos.