jue. Jul 3rd, 2025

MADRID, ESPAÑA – La reciente comunicación unilateral de Leire Díez, exmilitante del PSOE, el 5 de junio, ha reavivado el debate sobre el uso correcto del lenguaje en el periodismo. A pesar de que muchos medios la calificaron erróneamente como “rueda de prensa”, este evento careció de la interacción esencial que define a tal formato: las preguntas de los periodistas.

El Diccionario de las academias define “rueda de prensa” como una reunión de periodistas en torno a una figura pública para escuchar sus declaraciones y dirigirle preguntas. Sin embargo, en este caso, y en muchos otros similares, se prohibió a los informadores interpelar a la persona convocante, lo que desvirtúa el término y refleja una tendencia preocupante en el periodismo actual.

El Impacto de la Degradación Lingüística

La falta de precisión en el uso del lenguaje en el periodismo no es un fenómeno nuevo, pero ha alcanzado niveles alarmantes que reflejan una degradación general del oficio. La pobreza léxica, el abuso de anglicismos y la falta de rigor semántico son defectos que conducen a la manipulación de las palabras. Esto no solo afecta la calidad de la información, sino que también erosiona la confianza del público en los medios.

Expertos en lingüística y comunicación advierten que el uso incorrecto de términos como “rueda de prensa” y “comparecencia” no es solo un problema semántico, sino que tiene implicaciones más profundas. Según el profesor Juan García, especialista en semántica del lenguaje, “cuando el periodismo adopta un lenguaje impreciso, se debilita su capacidad para cuestionar el poder y mantener la transparencia”.

La Evolución de la “Comparecencia”

El término “comparecencia” ha sufrido una evolución similar. Originalmente, implicaba la convocatoria por parte de un juez o una autoridad superior. Sin embargo, con el tiempo, su significado se ha desvirtuado. Hoy en día, las figuras públicas convocan a los medios bajo sus propios términos, a menudo sin permitir preguntas, lo que altera la dinámica tradicional de poder.

El uso de “comparecencia” en el contexto actual mantiene la apariencia de prestigio, pero ha perdido su significado original de obediencia a una autoridad. El profesor García señala que “la transformación de estas palabras refleja un cambio en la relación entre el poder y los medios, donde las figuras públicas controlan cada vez más la narrativa”.

Implicaciones y Futuro del Periodismo

La degradación del lenguaje en el periodismo tiene implicaciones significativas para el futuro de la profesión. A medida que los medios se vuelven más complacientes con el vocabulario impuesto por figuras públicas, se corre el riesgo de perder su papel como guardianes de la verdad y la transparencia.

Para contrarrestar esta tendencia, es crucial que los periodistas reflexionen sobre el lenguaje que utilizan y se mantengan firmes en su compromiso con la precisión y la claridad. El periodista veterano Ana López sugiere que “es necesario un esfuerzo concertado para recuperar el rigor lingüístico y resistir la manipulación del lenguaje por parte del poder”.

En conclusión, la reciente controversia en torno a la “rueda de prensa” de Leire Díez es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el periodismo en la era moderna. La defensa de un lenguaje preciso y honesto es fundamental para preservar la integridad de la profesión y garantizar que los medios sigan siendo una fuerza para el bien público.