mié. Jul 2nd, 2025

WASHINGTON, EE.UU. – En un movimiento que podría redefinir el panorama de los eventos en vivo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado una demanda antimonopolio contra Live Nation Entertainment y su filial Ticketmaster, solicitando la separación de las dos entidades. La demanda alega que la fusión de 2010 ha permitido a la compañía ejercer un control monopolístico sobre el mercado de conciertos y eventos en vivo, algo que Live Nation niega rotundamente.

La presión sobre Live Nation y Ticketmaster ha ido en aumento, especialmente después de las dificultades en la venta de entradas para la gira de Taylor Swift, que incluso llevó el asunto al Congreso. En una audiencia memorable, promotores y artistas expresaron su frustración por el dominio del gigante fusionado. Jack Groetzinger, CEO de SeatGeek, afirmó: “La única forma de recuperar la competencia en este sector es separar Live Nation y Ticketmaster”.

Acusaciones de prácticas anticompetitivas

El fiscal general Merrick Garland y los fiscales de 29 estados, junto con el distrito de Columbia, han respaldado la demanda, argumentando que Live Nation ha monopolizado ilegalmente los mercados de conciertos en vivo en EE.UU. Según Garland, “Live Nation ha monopolizado ilegalmente los mercados del sector de los conciertos en directo en Estados Unidos durante demasiado tiempo. Es hora de desarticularla”.

El Departamento de Justicia acusa a la empresa de usar contratos exclusivos a largo plazo para bloquear a competidores, impedir que los recintos elijan a otros vendedores de entradas y amenazar con represalias si no se elige a Ticketmaster. Con un control de más del 80% de la venta primaria de entradas y más del 60% de las promociones de conciertos, la demanda sostiene que la empresa ejerce un dominio asfixiante sobre el sector.

Impacto en artistas y consumidores

El control de Live Nation sobre el mercado no solo afecta a los consumidores, que enfrentan tarifas elevadas, sino también a los artistas y promotores independientes. Garland indicó que “los aficionados pagan más, los artistas tienen menos oportunidades de dar conciertos, y los promotores más pequeños se ven expulsados”. La demanda también destaca que los acuerdos exclusivos permiten a Ticketmaster imponer una serie de comisiones adicionales, descritas como un “impuesto Ticketmaster”.

Además, la empresa ha sido criticada por implementar sistemas de precios dinámicos que elevan significativamente el costo de las entradas. Según la demanda, Live Nation utiliza su control sobre los recintos para presionar a los artistas a usar sus servicios de promoción, a menudo dejando locales vacíos si los artistas no cumplen con sus condiciones.

Respuesta de Live Nation

En respuesta a la demanda, Live Nation ha emitido un comunicado afirmando que la acción legal “no reducirá los precios de las entradas ni las tarifas de los servicios”. La empresa argumenta que ha perdido cuota de mercado desde la fusión y que los factores responsables del aumento de precios incluyen los crecientes costos de producción y la reventa de entradas en línea.

El presidente de Live Nation Entertainment, Joe Berchtold, ha reconocido errores en la gestión de la venta de entradas para la gira de Taylor Swift, pero culpa a los bots del colapso del sistema. Según Berchtold, “Ticketmaster no ha ganado cuota de mercado, sino que la ha perdido desde la fusión”.

El futuro del mercado de eventos en vivo

La demanda del Departamento de Justicia marca el inicio de una batalla legal que podría tener implicaciones significativas para el futuro de la industria del entretenimiento en vivo. Si se logra la separación de Live Nation y Ticketmaster, podría abrir el mercado a una competencia más justa, beneficiando a consumidores, artistas y promotores por igual.

El caso también podría establecer un precedente en la aplicación de leyes antimonopolio en sectores donde la tecnología y la consolidación han reducido la competencia. Como señaló Garland, “es hora de restaurar la competencia y la innovación en la industria del entretenimiento”.

Con el juicio aún por delante, el desenlace de este caso será observado de cerca no solo por los actores de la industria, sino también por los millones de aficionados que esperan que el acceso a sus eventos favoritos se vuelva más accesible y justo.