CIUDAD DE NUEVA YORK, EE.UU. – La cinta de correr, un dispositivo que tuvo sus orígenes como herramienta de castigo en las prisiones de la Inglaterra del siglo XIX, ha evolucionado hasta convertirse en el equipo de ejercicio más popular en Estados Unidos. Según la Asociación de la Industria del Deporte y el Fitness (SFIA), en 2024, 56,8 millones de estadounidenses utilizaron la cinta de correr.
A lo largo de las décadas, las modas en el mundo del fitness han cambiado drásticamente. Desde el Thighmaster hasta el hula hula y el Tae Bo, muchas tendencias han surgido y desaparecido. Sin embargo, en 2025, mientras el pilates y el entrenamiento de fuerza lideran las preferencias, la cinta de correr sigue siendo una constante inamovible en gimnasios y hogares, a diferencia de otras modas pasajeras como el spinning.
Un legado de constancia en el fitness
Alex Kerman, director sénior de operaciones comerciales e investigación en la SFIA, comentó:
“La cinta de correr siempre ha sido uno de los equipos de ejercicio con mayor participación”.
Según el informe de la SFIA, el 18,4% de la población estadounidense de seis años o más utilizó este aparato al menos una vez en 2024, un aumento respecto al 17,2% registrado en 2014.
El perfil de los usuarios de cintas de correr es mayoritariamente femenino y de altos ingresos. En 2025, las ventas de cintas de correr generaron cerca de USD 1.100 millones en ingresos, según la consultora IBISWorld. Cedric Bryant, presidente y director ejecutivo del Consejo Americano de Ejercicio, explicó a Business Insider que la cinta de correr perdura por su accesibilidad, comodidad y eficacia comprobada.
Beneficios y adaptabilidad
La cinta de correr es adecuada tanto para principiantes como para atletas avanzados. Ofrece beneficios como la mejora de la salud cardiovascular, el aumento de la resistencia y el control del peso. Además, permite personalizar el entrenamiento según los objetivos individuales. Entre sus principales ventajas se destacan:
- Control de intensidad: la velocidad y la inclinación se pueden ajustar para mejorar la resistencia, quemar grasa o aumentar la capacidad anaeróbica.
- Entrenamientos preprogramados: muchos modelos cuentan con programas que guían la sesión, ayudando a cumplir metas específicas de forma estructurada.
- Desafíos para la estabilidad: caminar o correr en la cinta exige coordinación, equilibrio y estabilidad, aspectos claves para el progreso físico y la prevención de lesiones.
Las redes sociales han impulsado entrenamientos como el 12-3-30 (caminar a 4,8 km/h con inclinación del 12% durante 30 minutos) o el cardio de zona 2, de intensidad moderada, que se han incorporado en gimnasios boutique. Carmine Ciliento, gerente de fitness en una red internacional de gimnasios, expresó sus dudas sobre estas modas:
“El 12-3-30 tiene una racionalidad muy arbitraria, y aunque la zona 2 se ha popularizado, tampoco es una ‘píldora mágica’”.
No obstante, Bryant destacó que si estas tendencias logran motivar a las personas a moverse, son bienvenidas.
Innovaciones y el futuro del entrenamiento
Las innovaciones en el diseño de cintas de correr han mejorado significativamente la experiencia del usuario. Muchas cintas modernas incluyen pantallas interactivas, televisores y programas personalizados, lo que reduce la monotonía del ejercicio. Estos modelos también ofrecen mayor seguridad y estabilidad.
La profesora Natalia Mehlman Petrzela, autora de Fit Nation: The Gains and Pains of America’s Exercise Obsession, señaló que las cintas de correr conectadas de alta gama requieren una inversión considerable, pero permiten aprovechar mejor los entrenamientos, logrando más resultados en menos tiempo. Correr sigue siendo un ejercicio clásico y básico, difícil de superar en eficacia.
Mientras que propuestas como Zumba o dispositivos como la elíptica experimentan ciclos de popularidad, la cinta de correr mantiene su lugar en la cultura del ejercicio. Su capacidad para adaptarse a diversas necesidades y su eficacia comprobada aseguran que siga siendo un pilar en el mundo del fitness.