dom. Jul 20th, 2025

LOUDENVIELLE, FRANCIA – La logística del Tour de Francia es un fenómeno único en el mundo del deporte. Mover una estructura de esta magnitud a lo largo y ancho del país requiere una maquinaria impecable que funcione como un reloj suizo. Durante la 13ª etapa del Tour, MARCA tuvo la oportunidad de acompañar al equipo Decathlon AG2R en una contrarreloj agotadora de principio a fin.

El Tour desde Dentro

La llegada a Loudenvielle, en plenos Pirineos, subraya la magnitud del evento: caravanas inmensas para acceder a la meta, coches aparcados a más de diez kilómetros, y una hilera interminable de campers, furgonetas y vehículos oficiales que se despliega mientras los ciclistas completan sus esfuerzos. En este pequeño rincón del pueblo pirenaico, los autobuses de los equipos se alinean como fortalezas rodantes, rodeados por una multitud que se agolpa con móviles en mano, con la ilusión de ver de cerca a los mejores del mundo entrar en calor.

En la zona reservada de Decathlon AG2R, que abrió sus puertas a MARCA, la preparación es milimétrica: nada se deja librado al azar. Para la contrarreloj, cada movimiento está pautado. El primer autobús con personal técnico llega a las 6:30. Desde las 8:30, una caravana de vehículos de apoyo, multivans y utilitarios comienza a ensamblar ese equipo invisible que nunca aparece en cámara pero que es vital. La jornada no termina antes de las 19:00, cuando el último miembro del staff recoge y se despide en la línea de meta.

La Estrategia de Carrera

A las 8:00, los ciclistas desayunan en hoteles que no conocen con antelación: la organización los asigna por una especie de sorteo, distribuyéndolos de forma equitativa a lo largo del recorrido. A mediodía comienzan a llegar a Loudenvielle los primeros corredores. Entre ellos, Oliver Naesen. El belga no se juega nada en la general, pero sabe que debe guardar piernas para las etapas de alta montaña. Dentro de lo que se pueda.

La crono del día es atípica: 10,9 kilómetros con 650 metros de desnivel acumulado. No hay bicicletas específicas de contrarreloj, sino las tradicionales RCR-F de Van Ryzel. A pleno sol y con más de 30 grados, Naesen pedalea sobre el rodillo mientras un ventilador portátil intenta mitigar el calor. Entre el autobús y la rampa de salida apenas hay diez minutos de margen.

El Desafío de Peyragudes

Durante la etapa, en la van del equipo, el conductor sigue la retransmisión en directo desde una tablet, mientras guarda los obligatorios 25 metros de distancia con el ciclista. No hay presión para Naesen, más allá de cumplir con el corte de tiempo, fijado en el 40% respecto al mejor registro.

El recorrido es corto, pero exigente. Rampas que alcanzan el 16% de pendiente ponen a prueba incluso a los que ven esta etapa como una jornada de “transición”. Naesen firma un tiempo discreto, cruzando la meta con más de seis minutos de diferencia respecto al líder, Tadej Pogacar. Pero su papel de escudero será clave para Felix Gall, quien termina décimo, a 2’22” del esloveno, y mantiene vivas sus opciones de podio con un noveno lugar en la general.

Peyragudes, el antiguo aeródromo reconvertido en final de etapa, ofrece un desenlace brutal: 350 metros finales en rampa que rompen las piernas de todos… menos de Pogacar. El líder del UAE destroza el cronómetro y deja a Jonas Vingegaard a 36 segundos. El danés, hasta ahora, no ha encontrado terreno para poner en aprietos al maillot amarillo.

Mirando Hacia el Futuro

En la cima, bicis aparcadas por decenas, cientos de caravanas y miles de aficionados congestionan el acceso. Quienes intenten bajar tras la llegada de Pogacar, prevista para las 17:30, no podrán salir del perímetro antes de las 22:00. Los equipos que ya piensan en Pau, próxima ciudad de salida, afinan sus horarios al milímetro. Porque en el Tour, cada minuto cuenta. También fuera de carrera.

La etapa 13 del Tour de Francia no solo destacó por su exigencia física, sino también por la complejidad logística que implica mantener a un equipo de élite en movimiento. A medida que la carrera avanza hacia sus etapas decisivas, todos los involucrados saben que cada detalle cuenta, desde la preparación meticulosa hasta la ejecución en el día de la carrera.